Autor: Ana L. Gutiérrez Salegui
En la introducción
del libro “Superar un trauma” de Echeburua
E. (2004) [1] se
puede leer, “Los malos ratos se olvidan pero queda en el pozo de la memoria la
huella del sufrimiento”. Esta frase contiene la esencia de uno de los problemas
más graves secundarios a los malos tratos, las secuelas psicológicas.
Para
entender la trascendencia que tienen los malos tratos en la vida de las
víctimas quizás debamos comenzar por diferenciar los conceptos “lesión
psíquica” y “secuela psicológica”.
“Los malos ratos se olvidan pero queda en el pozo de la memoria la
huella del sufrimiento”
Las lesiones
psíquicas sobrevienen tras la experimentación de un suceso
violento. Estaríamos hablando de una reacción aguda a la situación padecida.
La víctima queda sumida en un estado psíquico que la incapacita parcial o totalmente para retomar su vida normal. las lesiones psíquicas se objetivan a través de la sintomatología cognitiva, conductual y fisiológica. LEER EN:
La víctima queda sumida en un estado psíquico que la incapacita parcial o totalmente para retomar su vida normal. las lesiones psíquicas se objetivan a través de la sintomatología cognitiva, conductual y fisiológica. LEER EN:
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